A pesar de que los ritmos biológicos difieren entre personas, con los biotipos de madrugador y trasnochador, como fotografías fijas de esas diferencias, lo cierto es que habitualmente el entrenamiento de fuerza realizado por la tarde muestra aparentemente más facilidad de realización y un rendimiento mayor. Y ello ocurre independientemente de las preferencias individuales sobre el mejor horario para entrenar, y es que la influencia del ambiente hormonal es decisiva para desarrollar fuerza. Así, en la inmensa mayoría de los deportes, el rendimiento suele ser mejor en las primeras horas de la tarde, aunque seas biotipo madrugador.
Estas conclusiones se desprenden de un estudio publicado recientemente (Blazer y col, 2020; Res Q Exerc Sport 7-jul; doi: 10.1080/02701367.2020.1751032) cuyo objetivo fue investigar como influye el horario de entrenamiento en función de las preferencias personales en el rendimiento en ejercicios de fuerza. Participaron sujetos entrenados en fuerza que completaron dos sesiones separadas de entrenamiento en diferentes horarios: a) mañana (8:00 am) y b) tarde (16,00 pm). Los participantes contestaron a un cuestionario sobre sus preferencias personales de horarios para entrenar y completaron el entrenamiento en horario preferente (PREF) y no preferente (NON-PREF), realizando press de banca como ejercicio seleccionado. En cada sesión se valoró la motivación antes del ejercicio. Los participantes realizaron 2 series de 2 repeticiones al 75% 1RM con máxima explosividad separadas por 5 min de recuperación. Se midió la velocidad media de la barra utilizando un transductor lineal. Los participantes completaron después una serie de repeticiones al fallo (RTF) al 75% 1RM, valorando la percepción del esfuerzo (RPE) inmediatamente después de finalizar el ejercicio. Los resultados mostraron que independientemente de la preferencia personal la velocidad fue mayor durante la tarde que por la mañana. Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en la velocidad de la barra entre horarios PREF y NON-PREF. Tampoco hubo diferencias en el número de repeticiones entre PREF y NON-PREF. La motivación fue mayor en PREF que en NON-PREF, y la RPE fue menor en PREF. Los autores concluyeron que, a pesar de la mayor velocidad de movimiento en el ejercicio realizado en horario de tarde, la preferencia del horario de entrenamiento no mostró diferencias en el rendimiento, siendo la motivación mayor y la percepción de esfuerzo menor en los horarios preferidos.